Cuando Messi está así, no hay rival que valga... Mucho menos si enfrente está un entusiasta pero limitado Lyon. En ese lapsus que se dio luego del descuento del conjunto francés, después de ese 1-2 que le puso suspenso al Camp Nou, Leo frotó la lámpara. Ya había hecho un golazo de penal (se la picó al arquero Lopes) pero no conforme con ello metió otro, un enganche por acá, otro por allá y una definición con la pelota entrando al arco pidiendo permiso para el 3-1 que trajo tranquilidad a la hinchada culé.